jueves, 10 de enero de 2008

Vida divorciada, Muerte consagrada

Sólo eres impuesta. Mas el largo recorrido
Te hace amarme.
No pedí que vinieras, Nisiquiera que te acerques.
Pero ya ves, ha pasado tanto tiempo y
Demoras en partir.
¿Cuál es tu propósito?
¿Cuál tu complacencia?...
Yo renuncio a tus favores,
Tus mentiras,
Tus problemas.
No eres más que la madre de mis temores,
LA hija de mis engaños,
La sangre de mis miserias…
¡Resignado a casarme con una cualquiera!
Pero no sabes que te engaño.
Sí, con la mejor, la más deseada, la que me da
Una esperanza en mi obnubilado sentir.
Yo le coqueteo.
-No sabes cuánto-
Pero aunque siempre viene,
no me Atrevo a poseerla.
Su fría presencia me disminuye,
Su rostro escondido me desespera.
Conozco sus propósitos, estimo sus cuidados,
Y pareciera que también de mí se está enamorando.
El único problema es que si contigo me divorcio,
Me caso con ella…
Y con ella,
El matrimonio
Es
algo
Sagrado.

1 comentario:

jolivp dijo...

ya no renigues de tu gata