Algo ha cambiado en año nuevo.
No es el mismo de hace siete. Todos igual como ninguno, con lo mismo, haciendo las veces de todo. Tecleando como desquiciado el ordenador.Renegando de todo. Esperando por nada. Observando desde la luna opaca de mi escritorio como nacía el sol resaqueado y conchudamente cachaciento. Bebiendo de rato en rato algún champán regalado.Pensando en dormir. llegando a mi buhardilla solitaria. Sin nada que perder y mucho por qué reclamar.
Algo ha cambiado??...mentiría.
Todo ha cambiado ahora. Desde las ganas de regresar adonde pertenezco, hasta las ansias de quedarme solo con ustedes. Solo con ustedes.
Soy afortunado.
miércoles, 31 de diciembre de 2008
viernes, 26 de diciembre de 2008
Lo que nunca cambia
Siempre encontraremos rostros sin identidad.
(los más peligrosos,inmundos, viles, descarados, hípócritas, subalternos, rastreros, oscuros, enfermos, inicuos, blasfemos...en fin, perfectos hijos de Judas!!!)
Eso no lo cambia nadie.
(los más peligrosos,inmundos, viles, descarados, hípócritas, subalternos, rastreros, oscuros, enfermos, inicuos, blasfemos...en fin, perfectos hijos de Judas!!!)
Eso no lo cambia nadie.
miércoles, 10 de diciembre de 2008
Frutos extraños
Todos tenemos frutos extraños pendiendo en el alma.
En algunos casos tenemos suerte y caen -maduros- en la tierra.
los menos afortunados solo podrán conformarse con la lenta agonía de la putrefacta pintura.
Frutos extraños tantas veces.
tantas que ya no recuerdo.
tantas que siempre regresan.
Porque solo con su voz pude darme cuenta que dos sílabas no pueden contener el dolor.
porque hubo una época en la que estuve muy lejano y en esa lejanía hallé las maneras.
porque solo ahora comprendo que el tiempo no destruye todo.
Solo lo transforma y nos transforma.
(Gracias por darme el placer de haberte conocido)
Los árboles sureños dan una fruta extraña,
la sangre en las hojas y sangre en la raíz,
cuerpos negros que se balancean en la brisa meridional,
fruta extraña que cuelga de los árboles del álamo.
Escena pastoral del sur galante,
de los ojos que bombean y de la boca torcida,
olor a magnolias, dulce y fresco, como el repentino olor de la carne ardiendo.
Aquí está la fruta para que los cuervos desplumen,
para la lluvia al frunce, para que el viento aspire,
para que el sol se descomponga, para que los árboles caigan,
aquí hay un extraño y amargo llanto.
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